Tanatorio de Viladecans

El proyecto tiene por objeto la construcción del Tanatorio de Viladecans, así como la urbanización del espacio público en torno a la plaza del cementerio, y de los viales perimetrales al edificio, que conectan con la carretera comarcal C-245.

El edificio se coloca contra el terreno, permitiendo que la gran lámina de hormigón que cubre el edificio se convierta en la prolongación natural de la explanada del cementerio. En el punto donde la cubierta se pliega, la explanada convertida en plaza finaliza en un mirador sobre el Delta del Llobregat.

Al plegarse, la cubierta se transforma en la fachada del edificio. Un juego parametrizado de perforaciones da intimidad y protección al interior, a la vez que dota a la fachada de una ligereza inusitada. Ésta se convierte en un filtro visual, que permite resolver por un lado la necesidad de intimidad y discreción hacia el espacio exterior, y por otro, el espacio público que se sitúa frente al tanatorio, nodo de entrada al municipio y uno de los lugares más transitados de Viladecans. La potencia inherente al elemento facilitará que el edificio se convierta en uno de los referentes visuales de la ciudad.